27 de abril de 2013

DECLARATIO.

No es ésta una declaración de principios al uso. Ni tan siquiera sé si es una declaración de principios. Sé que es una declaración personal e intransferible que escribo hoy, ahora y bajo un estado de ánimo determinado. Aviso para despistados que aunque mencione lo del estado de ánimo lo que les voy a escribir ahora seguramente no diferiría demasiado si lo escribiese en otro momento.

La declaración de hoy dibuja un camino que ya he ido esbozando en otros artículos, y se refiere al hecho de que rechazo el apoyo que desde muchos blogs patrocinados (imagino), se da a locales que no necesitan más publicidad. Locales de dudoso gusto y salubridad que se gastan mucho dinero para comprar espacios en Internet e intentar convencernos de sus bondades. NO. Ya basta de apoyar a corporaciones, multinacionales y otros gigantes del Mal. No me vengan con los cuentos de que si la inversión, los puestos de trabajo y demás patochadas demagogas. Si no existen los gigantes, otros ocuparán su lugar. Sin duda.
Apoyemos a la gente que se arriesga, que se juega lo que tiene, que tiene un pequeño local, que trabaja bien, que hace más horas que un reloj, que compite en un mercado de gigantes siendo muy pequeños, gente que abre un pequeño local al lado de casa, en el barrio, que intenta ofrecer alguna cosa diferente, imaginativa, creativa, gente a la que le cuesta llegar a fin de mes. Lo que sea. Pero apoyemos a esa gente, que se gane la vida. Si se lo merecen, evidentemente. No se trata de apoyar a ineptos del barrio, a incapaces de la gestión o a tiranos empresaruchos emprendedores sólo por el hecho de que estén al lado de casa. Se trata de dar apoyo a la gente que decía antes, que da la cara y que se arriesga, sobre todo en estos momentos de crisis. Gente como tú o como yo que decide un día que va a arriesgar. Y en esto deberíamos pensar cuando tenemos que decidir con los cuatro euros que tenemos en el bolsillo y que hemos decidido gastar en algún sitio. 

Es una proclama de hartazgo. Es una proclama que deriva de mi propia concepción del mundo y de la sociedad. No queremos Eurovegas, no quiero más McDonald's. No quiero que todos los beneficios de esta ciudad acaben en Seattle o en Atlanta. Quiero que María, Lara, Adelf, Jacquie, Juanma y muchos otros tengan esos beneficios para ellos y que los hagan revertir en esta, su comunidad, la sociedad de la que forman parte. No quiero trabajos precarios en cadenas de restauración con sede a 8000 kilómetros de distancia donde van a parar esos beneficios al final. Basta ya de provincianismos ochenteros. Recreemos nuestro propio tejido social, nuestras redes de producción, consumo y de mercado global partiendo de lo local antes de que sea demasiado tarde. No quiero expropiar nada ni quiero echar del país a esas multinacionales. Sólo pido que pensemos antes de consumir, que decidamos. Tal vez sea el último reducto de la democracia occidental, decidir qué consumir. No es votar, ya sabemos cómo es nuestra política, pero al vivir en estas sociedades capitalistas y mercantiles que nos han sido dadas, tal vez lo único verdadero que nos quede es el derecho a decidir dónde, qué y cómo gastamos lo poco y cada vez menos que nos queda. Mi (menguante) dinero va a ir cada vez menos (y si puede ser nunca más) a pagar a fondos de inversión en las Islas Caimán. Se acabó. De hecho se acabó hace tiempo. Cada día elijo consumir a gente que creo que vale la pena. A gente con cara, ojos y espíritu. El mercado es invisible, nos dicen. Mentira. El mercado lo creamos nosotros y tiene esa cara, esos ojos, el espíritu y el alma que nosotros queramos que tenga.
Estamos en ESTE momento y las reglas tienen que cambiar. 

Yo lo tengo muy claro. 

15 de abril de 2013

De la influencia de tu ego.

Demasiada gente en este ecosistema por el que nos movemos cree ser un líder de masas y apostaria a que le gusta esa sensación. Demasiada gente que crea un mundo paralelo a imagen y semejanza de su ego para disfrute de su persona. Pero la verdad puede arruinarnos el momento.

Tener followers en twitter, visitantes a tu blog o fans de tu página de Facebook significa bien poco. Y a mi modo de ver lo significa por dos motivos: uno porque en muchos casos se trata de la misma gente que te sigue por todos los medios, con lo que el número no deja de ser un espejismo. Y dos, porque en demasiados casos se falsean las cuentas de esos seguidores o fans para sacar un provecho con ello. Fraude, egoismo y asco en Las Vegas o en Pamplona. (Obviando el hecho de que las estadísticas en blogger, por ejemplo, no son del todo exactas)

La influencia que generamos (y hablo en plural por defecto, sin querer compararme obviamente con los que ya llegan a los 1000 seguidores como poco, que yo no tengo) los que por alguna razón nos dedicamos a esto es a lo sumo mínima, sobre todo cuando eres el señor nadie. No nos engañemos, la gente que está presente en Twitter, lee tu blog o mira tu página de Facebook es un % muy pequeño de la gente que vive en este país y de la gente que utiliza internet cada día. Vive con ello, llegas a muy poca gente en términos absolutos. En los relativos puedes dedicarte a una sesión de onanismo si te apetece. Pero aún y así, demasiada gente vive de influir, y demasiadas marcas se gastan buena parte de su presupuesto en hacer que unos pocos influyan a unos más, que no muchísimos. ¿Cómo sale a cuenta? No es que me preocupe lo que hagan las empresas privadas con su dinero, pero es que como fenómeno no acabo de verlo claro, algo me hace levantar algunas suspicacias. Y no es el hecho de que algun@s famos@s se dediquen todo el día a cantar las excelencias de tal o cual marca y lo buenos que son sus productos, que normalmente son una bazofia y no los recomendarías si no te pagasen. Se llega a extremos ridículos, pero el quid es entender cómo sale a cuenta eso.

¿Cómo se valora a quién fichar y a quién no? ¿Por qué cantidades? ¿A cambio de influir a cuatro gatos que se pasan el día mirando tu cuenta de twitter? No me refiero a pequeños establecimientos que invitan a un evento para darse a conocer, hablo de grandes corporaciones o restaurantes estrellados que al parecer necesitan de líderes y gurús para que les hagan una publicidad que no veo por dónde sale a cuenta. Nadie garantiza que la presencia de X te sirva para que España se entere de lo bueno que eres como restaurante. Los que quieren estar informados ya saben lo bueno, o lo malo, que eres. ¿Estamos en un círculo vicioso en el que los viciosos somos cuatro?

Me gustaría tener cifras del impacto que tiene una acción del tipo cena en X con Z e Y. Me da la sensación, seguramente errónea porque de lo contrario no se harían, que el único que gana es el invitado. Pero, ¿quién es este invitado? ¿El o la de los followers sospechosos? ¿El gurú o la lideresa de moda? ¿Necesitaria el Bulli estos invitados? ¿Por qué los necesita ahora Albert Adrià? ¿Le sale a cuenta sabiendo el impacto inmediato que tiene en redes ese tipo de actos? ¿Qué tipo de impacto tienen esos eventos? Me interesa eso.

Asumámoslo rapidamente y de forma poco dolorosa. Lo que escribimos queda escrito pero es poco leido. No existe el consumo masivo de información gastronómica o como le queramos llamar porque no existe ni tan siquiera el consumo masivo de información del tipo que sea. Estamos creando unas castas entre todos que son del todo artificiales (hasta que los números me demuestren lo contrario), favoreciendo la aparición de tipos como yo mismo que puede llegar a pensar que tiene un cierto poder y cree ser un Emperador romano hablando en términos barrocos para darse una importancia más que relativa. Algun@ debe haber ya al que el "poder" se le debe haber subido a la cabeza. Allá él, ella y los que los "contratan".

Yo sigo sin ver el negocio de que alguien hable de ti a un ejército de fantasmas. Al menos hasta que mucha más gente consuma lo que se produce en la red.

8 de abril de 2013

Del blog y el periodismo: anotaciones futiles a un debate innecesario.

En los últimos tiempos se perciben fuertes vibraciones fruto de movimientos que están arrasando con cierto orden establecido hasta hace no mucho intocable. De hecho creía que era un debate casi pasado, pero al parecer no era así.

El monopolio de la palabra por parte de aquellos que habían estudiado y trabajado para tenerlo (imagino) va cediendo ante una tendencia universal que es la presencia de los más que incómodos blogueros que escriben sin tener licencia para hacerlo, y que para más inri son leidos.
El tema central con el que nos encontramos es que hay muchos periodistas que no toleran la supuesta invasión de unos advenedizos sin formación para ser tratados de igual a igual. Seguramente tengan razón.
Lo normal, de hecho, es que un bloguero amateur no se pueda comparar ni por asomo con un profesional de los medios. Lo más seguro es que tampoco lo pretenda. ¿Y un profesional del blog? Pues la verdad es que no lo sé. No puedo hablar por los que se dedican a eso ni pretendo hacerlo, pero no puedo no comentar el tema de los que reparten carnets sobre quién puede o debe escribir sobre algo o lo siguiente. Incluso aunque no esté de acuerdo con el sistema que voy a defender y me explico.


No seré yo el que defienda la proliferación de ignorantes que deban cobrar por su ignorancia. No seré yo el que le diga a una empresa a quién debe contratar para poder ganar más dinero, que oh sorpresa, es su objetivo. Pero seré yo, ahora, el que hable sobre qué significa ser bloguer y poder tener la opción de escribir sobre lo que uno quiera.

Ser bloguero es muy sencillo pero no es fácil. Es un mundo superpoblado en el que millones de aspirantes a leibles esperan ser leidos. Es sencillo tener un blog y muy difícil ser un bloguero de constancia y esfuerzo. Un bloguero no pretende per se convertirse en un periodista. Ni busca que le convaliden unas asignaturas de la carrera. Escribe y si tiene suerte o cierta gracia será leido, nada más. Si comunica bien y consigue una legión de seguidores, llamará la atención e incluso al final de una vida virtual de éxito podría llegar a cobrar por escribir o aspirar a parecer un periodista de los serios. Pero son casos contados. Un bloguero con inquietudes intenta transmitir, divulgar lo que le apetezca e irse a casa. Un periodista es otra cosa. El qué no lo sé porque tampoco lo soy, pero alguien que trabaja en los medios no es simplemente un bloguero. Sobre si hay método en un periodista, se da por hecho, pero incluso un bloguero podría tenerlo. Luego además hay periodistas que son blogueros porque ven el poder de la comunicación sin ataduras, simple y directa y porque les apetece. Nadie se lo impide. Y el que no quiera entender lo que es la blogosfera y quiera vivir de espaldas a esa realidad, allá cada uno.
El mundo cambia aunque no nos guste.

En mi campo profesional, que es la docencia, sabemos de qué va el tema hace tiempo. Seguramente más de un periodista de prestigio y solera haya ejercido de profesor, conferenciante o divulgador en alguna ocasión. Y nadie se ha tirado encima de nadie porque es una soberana estupidez. La divulgación o la docencia es en sí un valor, lo haga quién lo haga. Si consigues ser un buen divulgador, divulga. 

Por eso no acabo de entender estos ataques de celos en demasiadas ocasiones. Dejemos ya esta estupidez de la confrontación blogosfera virtual vs medios reales. El que se sienta inseguro que busque alguna forma para remediarlo, pero que no meta a todos los blogueros del mundo en el saco del arribismo y la ambición. Dedíquense a hacer periodismo de verdad y dejen a los ignorantes como el que les escribe tranquilos. No queremos quitarle el sitio a nadie, el blog es nuestra única manera de comunicar y expresar unas cosas que pudieran interesar a alguien. El problema si les quitan el sitio igual no es nuestro. ¿Se lo han planteado alguna vez?


Firmado, un arribista ignorante con un blog. Lo siento.


1 de abril de 2013

De los inicios: CULTURA GASTRO.

La entrada que les propongo hoy es muy diferente a las que normalmente pueden encontrar por aquí. Saben que gusto de escribir ciertas irreflexiones desde la más total de las ignorancias y el atrevimiento que otorga la misma, pero hoy les quiero presentar, simplemente y no es poco, el último proyecto con el que estamos comprometidos: La Asociación CULTURA GASTRO.

Cultura Gastro es una asociación cultural que tiene como primer precepto y como pueden leer en nuestro Manifiesto, "investigar, preservar y difundir el patrimonio gastronómico y culinario. Consideramos la gastronomía como cultura y como tal reflexionamos alrededor de sus múltiples perspectivas: historia, economía, ciencia, antropología, filosofía, arte, religión, política… La gastronomía es el propio sostenimiento de la humanidad, moldea la vida de cada persona en todos los lugares del mundo y en todos los días de su vida."

Un objetivo nada desdeñable y en el que nos vamos a esforzar durante los próximos tiempos, para consolidar nuestra visión común sobre la importancia de la Cultura gastronómica en nuestras sociedades y en la formación de una identidad propia.



El proyecto de difusión va acompañado de Rutas Gastronómicas por barrios de la ciudad de Barcelona, Cursos, Conferencias, Charlas, cenas temáticas dedicadas a gastronomías de diversos espacios geográficos y otras muchas sorpresas que se irán dando a conocer en los próximos meses.
Es un proyecto ambicioso que conjuga muchos aspectos, entre ellos la historia y la gastronomía que como se imaginan me apasionan. 


En este proyecto van a encontrar a gente de muy diverso tipo pero de objetivos y finalidades parecidas. El equipo está formado por: Carmen Alcaraz del Blanco, fundadora y alma mater del proyecto; Mar Calpena, periodista y blogger; Alberto García Moyano, blogger; Albert Molins, periodista y blogger; Raquel Lamazares, licenciada en Turismo y Master en Gestión del Patrimonio Gastronómico y Culinario. Al final, el que les escribe, profesor de Historia y blogger a tiempo parcial como ya saben.

Un proyecto ilusionante y un viaje excitante que queremos compartir con ustedes y en el que queremos que participen siempre que puedan. Por la cultura.
Visiten la web para estar al día de las actividades.



Les dejo mi primera humilde aportación en la página web de Cultura Gastro: Memoria.


Y aquí donde pueden encontrarnos:
Cultura Castro en Facebook: https://www.facebook.com/CulturaGastro
Cultura Gastro en Twitter: @Cultura_Gastro
Mail: info@culturagastro.com