15 de diciembre de 2013

De las consecuencias y la responsabilidad de nuestros actos.

No voy a descubrirles hoy el futuro apocalíptico que nos espera tras este presente de miserias y pérdida de derechos de todo tipo. No es este un blog de debate económico ni esperen sesudos análisis propios del WST. Pero el otro día un dato que ya hemos tratado por aquí en alguna ocasión se nos reveló en un espléndido artículo de La Vanguardia y además se combinaba con una de nuestras pasiones: la hamburguesa.

Ya lo hemos dicho más de una vez y lo volvemos a repetir, pagar 8€ por una hamburguesa puede ser no solo lógico sino también beneficioso para nuestra sociedad. Vamos a explicarnos.
En el clarividente artículo del que les hablaba anteriormente se explica con datos lo esbozado hace semanas en este mismo blog, y con la metáfora que aquí escogimos como ejemplo para lo mismo. ¿Qué consecuencias tiene consumir en McDonald's y no pagar la calidad que se puede conseguir pagando algo más? O, ¿cómo puede hacer McDonald's para ofrecer comida (...) al precio que lo hace?

El low cost significa low quality y low rights. Pagar poco por algo significa estar pagando poco a alguien que manufactura ese algo. Hablando claro, si estás pagando una mierda por mierda, alguien está cobrando una mierda. Así funciona el juego y el que no quiera jugar que deje de consumir de forma irresponsable. Consumir es la única acción democrática real que tenemos. Es otra idea de la que suelo hablarles. Cuando votar es una estafa porque los partidos políticos no cumplen lo que prometen y vivimos en una economía basada en el consumo masivo porque consumo es producción y producción es trabajo y trabajo es consumo, consumir de forma responsable es un acto revolucionario y de auténtica libertad.
Nos acostumbran al low cost y luego los precios dignos que pueden recaer en sueldos dignos nos parecen una estafa. Y ya hemos perdido.

El artículo de LV habla de jornadas de cerca de 40 horas en el sector del fast (junk) food a cambio de sueldos de 200€. En Manhattan. Imagino suponen que con esos ingresos es difícil poder vivir dignamente. Abocados a beneficiencia. Y a consumir lo que les llega con ese sueldo: su propia comida basura a 2€. Es decir, el negocio perfecto para esos "emprendedores" de la comida basura. Pagas una mierda para poder hacer que esos mismos trabajadores puedan consumir esa mierda y no otra cosa. Y a ganar dinero. Sin implicaciones éticas, ni morales ni de dignidad. La sociedad low cost. Sueldos y condiciones laborales a la par de los precios de basura envasada. Consecuencias, responsabilidad.

Pero estos datos de jornadas laborales y sueldos no son lo único escandaloso en el artículo. El 97% de los puestos de trabajo creados en el Estado de New York, capital Albany, desde 2007 inicio de la crisis han sido en el sector de la comida rápida. Eliminación de la clase media, lowcostización de la economía, miseria para los trabajadores y recuperación de beneficios para Wall Street. Desigualdad social in crescendo y todos contentos porque tenemos trabajo. El crimen perfecto de nuevo. Puestos de trabajo para mucha gente, ¿pero en qué condiciones? Pero es peor no tenerlo, nos convencen, lógicamente. Así que se impone el modelo. Llámenlo McDonald's o Eurovegas. El chantaje de la inversión que se pierde. "Son beneficios para todos", dicen. Pero no me lo creo. Para algunos seguro. Para todos, jamás. Y se juega con esto continuamente. Si no te tragas el argumento oficialista, estás en contra de tu país, comunidad o ayuntamiento y eres un radical anarquista o similar. Pues lo voy a ser. El trabajo ha de ser digno y ha de comportar un sueldo digno. Y si para eso hay que pagar precios más altos, hagámonos a la idea. No nos queramos ver trabajando por 200 euros-40 horas en nombre del progreso y de la suerte que tenemos de tener un trabajo. Esto no debería funcionar así. Dickens lo denunció hace unos pocos años y no queremos volver a eso. No queremos ser ese Monsieur le Maire impostor porque mucha gente luchó por su dignidad y murió por ella como para que nosotros perdamos nuestros derechos sin ni tan solo cuestionar esta lowcostización que tiene como consecuencia la pérdida de derechos de la clase trabajadora y la miseria de millones de personas. La hamburguesa como síntoma de un proceso global y una forma de producir.

Ya viene otro rojo radical con el sermón de siempre. Puede ser. Pero cuando vayan a McD o a Zara piensen en la gente que trabaja por cuatro duros para que podamos beneficiarnos de precios bajos. ¿O se piensan que las empresas pierden dinero marcando precios bajos? Claro. Pobres corporaciones de millones de trabajadores que sufren los ataques de dignidad de cuatro renegados.

El grito en el cielo, pagar 8€ por una hamburguesa. Deberíamos hacerlo todos si es un precio justo. Pensemos en la gente detrás de esa hamburguesa, en el productor, en el cocinero, en el empresario que paga sueldos justos a sus trabajadores y en la calidad del producto. Esto no es pagar precios altos por cualquier cosa. Esto es pagar justamente y volver a pagar lo que toca por productos de calidad y gente con derechos. 
No más explotación ni aquí ni en Bangladesh ni en Manhattan. Cambiemos, por favor. Cambiemos. Ejerzamos nuestra responsabilidad como consumidores y pensemos en los beneficios de nuestras acciones y en los perjuicios de los mismos. Nos va a salir más caro, pero es lo correcto. Aunque igual no es caro, es justo.

Para acabar, dos cosas: la primera, poder condicionar el permiso a un local de comida rápida a que pague salarios dignos (veríamos qué es eso) como quieren hacer los nuevos dirigentes de NYC puede ser un inicio. Y como ellos mismos dicen, si a los ricos no les gusta, que se vayan y así bajará el precio del suelo. Y segundo, recuerden que no consideramos ni comida ni rápida a eso que llaman fast food. Puro plástico a precio de oro. Y que encima no repercute en beneficio de ningún sueldo más que en el del CEO de la empresa.

Al infierno y sin cenar. Más Comercio Justo y salarios dignos y menos engañar a los niños con Happy Meals que son puro terrorismo gastronómico y laboral. 

La democracia es poder consumir lo que queramos. A eso hemos llegado. Así que háganlo de forma responsable.

2 comentarios:

  1. I de debò creus que el consum d'una hamburguesa de 8€ és més ètic o més just que el d'una que en costi un? No sempre. Els productes ecològics, slow food, km 0, etc, a vegades no són ni tan nets ni tan idí·lics com alguns propugnen. Et recomano els assajos d'en Peter Singer i en Jim Mason, des d'Animal Factory a, sobretot, The way we eat. Why our food choices matter (2006). Paidós en va editar una edició en castellà. Trenca força mites.

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  2. Hola Francesc, no dic que sigui més just per se. Dic que és just si és just. Si l'establiment que em cobra 8€ no paga bé els seus treballadors no és just. La tesi del post és que és segur que pagant 2€ ni estàs consumint qualitat ni estàs dignificant els drets dels treballadors. Si pagues 8 i és just, és perquè hi ha qualitat i perquè és possible que la gent que participa en el procés de servir-te-la des de la producció està guanyant uns diners justos. Només això.

    No som de dogmes. Si l'slow food és una estafa no ho negaré jo. L'esperit del post és cridar l'atenció sobre el model social que estem creant sense adonar-nos, en pro d'estalviar-nos 3 euros per un plat. Les conseqüències són el que m'interessa. Tens tota la raó, ni hi ha solucions màgiques ni pagar molts cops 25€ per un plat és garantia de res.

    Gràcies per l'enriquidor comentari i apunto la suggerència. Fins aviat.

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